5/24/2007

Hay algunos sentimientos que a veces son dificiles de explicar...pero a veces, leyendo otros blogs, veo reflejado esos sentimientos en los escritos de otra persona... Me identifico en los cuentos, en la poesia, en los dibujos y en las fotografias.

Leyendo el blog de Calma http://calma-concalma.blogspot.com/ encontre un escrito que refleja como me he sentido estos ultimos dias. Es lo que pongo a continuacion, solo le hice unos pequeñitos cambios, para darle un toque personal (gracias Calma!!)

Me siento MUY MUJER

esa que sabe que el Cielo siempre es azul y maravilloso
la que no derrama lágrimas, sino dardos para sembrar la alambrada de su territorio y marcar su espacio,
La que no hace ruegos,
La que opina y levanta su cabeza y agita su cuerpo,
Y es tierna sin vergüenza y dura sin odios,
La que desaprende el alfabeto de la dependencia y camina erguida,
La que se ha aceptado tal y como es, sin importar lo que digan los demas,
La que no le teme a la soledad, porque siempre ha estado sola,
La que espera a su otra parte, y espera la luna llena de noviembre,
La que suelta chorros de pasión y litros de humedad,
La que ha disfrutado y disfruta sin temores, sí, de eso si...
Por delante y por detrás, por arriba y por abajo, por el centro y adentro,
La que se libera en el amor pleno,
La que ama
La que goza
La que siente
La que vibra
La que llora
La que sufre sin decir
LA QUE VIVE...
La única mujer que puede ser "la única", es la que dolorida y limpia decide por sí misma salir de su prehistoria y lo demuestra,
ESA SOY YO

5/18/2007


Sin ingredientes artificiales

Hace unos días vi en People & Art un reportaje sobre los mejores spa de América Latina. Incluían un lugar de Costa Rica, ubicado dentro de un área natural y exclusivo para parejas. La noche costaba unos 300 dólares, y las personas que entrevistaron dijeron que el precio valía la pena.

Visitando una hacienda en Sonsonate, llegamos a un nacimiento de aguas termales. Habían de cinco a seis nacimientos de agua. En una parte se formaba una poza exquisita. El agua era clara y calientita. Luego llegamos a otra poza de unos cuatro metros de profundidad. Rodeada de una vegetación espesa, con los rayos del sol filtrándose por las copas de los árboles.

Este paisaje que estaba admirando no tenia nada que envidiarle a ningún spa que vi en la televisión. Y lo mejor de todo era que para entrar a esta hacienda no se tiene que pagar ni cinco centavos.

Creo que si los productores de Jurasic park hubieran visitado nuestro país antes de hacer la película, hubieran puesto nuestro país como referencia. Tenemos los mismos recursos naturales que cualquier otro país en Centro América, solo que en versión “small”.

Esto lo comprobé visitando el área natural de Santa Rita, en Ahuachapan. Hice un recorrido por un bosque tropical con una temperatura infernal que abría los poros, y con solo detenerme por unos instantes, varios zancudos descansaban sobre mi piel. Hice a un lado esa molestia y me puse a contemplar el bosque.

Me impresionó más cuando el guía me dijo que ese recorrido se llamaba Los gigantes del bosque. Quizás por mi periodo biológico, unas lagrimitas quisieron brotar de mis ojos, pero me contuve antes de que el guía me dijera vayunca.

Dentro del bosque vi muchas ceibas y robles. Abracé algunos árboles. Nunca antes había visto una Ceiba bebe. No podía creer que ese arbolito diminuto se fuera a convertir en alguno de esos enormes árboles con troncos de más de dos metros de ancho.

Miraba verde por todos lados. Todo tipo de verde. Todo tipo de vegetación. Hasta el cielo vi verde, porque las copas de los árboles cubrían toda la superficie. Definitivamente, nada que envidiarle a cualquier otra reserva natural de otro país.

Al final del recorrido llegamos a un reservorio de cocodrilos. Más de cien cocodrilos en ese lugar. Cuando mis ojos pudieron distinguir de entre los troncos de las ramas caídas, conté más de veinte cocodrilos naturalmente camuflagueados. Ocultándose de nosotros los extraños que los observábamos, o mejor dicho que ellos nos observaban.

A la orilla del reservorio había un cocodrilo, casi de un metro de largo, que se mantuvo cual estatua de marfil todo el tiempo. Este cocodrilo se estuvo quieto, tranquilo, con la boca abierta, como si no existiera, congelado, nos miraba, miraba todos nuestros movimientos. La naturaleza es sabia. Muy sabia. Nos gana por muchos años luz.


Turismo somos todos y es tarea de todos, dice el slogan del Ministerio. Creo que nuestra tarea es la de conocer nuestro país. Dejar de decir que es feo, que no tenemos nada. Dejar de decir que solo fuera de nuestras fronteras hay cosas bonitas y mejores. Creo que es tarea de todos cuidar nuestra casa, mantenerla limpia, cuidarla y proteger los recursos naturales que tiene, o los pocos recursos naturales que aun nos quedan.

P.D. en otra ocasión les contare sobre las cuevas que visité en Sonsonate y sobre el recorrido que hice sobre piedra volcánica a orilla del volcán de Izalco. ¡Impresionante!

5/09/2007

Jesucristo liberador

Hace unas semanas, por parte de la oficina fuimos a hacer unas encuestas a diferentes cantones y caseríos de Ahuachapan y Sonsonate. Fue una experiencia conmovedora. Impactante. Hablé con muchas personas muy humildes, pero dentro de su humildad y escasez, algunos me ofrecieron un vaso con agua, gaseosas, un agua de coco deliciosísima y otras cosas más.

Impactante, sí. Ver las condiciones en que viven otros salvadoreños a unos cuantos kilómetros de la capital. Una diferencia abismal. Hogares sin ningún tipo de ingreso económico. Ni las remesas llegan a esas partes. Mujeres cansadas, tristes, con más de cuatro o cinco hijos. Niños jugando con el lodo, con patos y con cerdos a la par. Jovencitas menores de veinte años y ya con hijos. Y los hombres atendidos por sus mujeres tirados en hamacas.

Vi casas rodeadas de basura. Llenas de embases plásticos. Cercadas por la misma agua sucia que sale de los lavaderos. Vi sobre una mesa de comedor una cantidad indescriptible de moscas. Y el olor insoportable y penetrante de las que mal llamadas “porquerizas”. Vi una pobreza extrema. Vi una suciedad terriblemente abrumadora.

Me puse a pensar si Tony había ido alguna vez a esos lugares. No ha inaugurar un choro, porque ni agua potable hay en esas partes. El agua la sacan de los pozos o de ríos contaminados por excrementos de ganados.

Me pregunté si los veinte dólares mensuales que regala Tony pueden sacar a esas personas de la miseria. Y en el mismo momento me contesté que ni con veinte, ni con cien, ni con mil podrían salir de esas condiciones.

Los hombres mayores me comentaban de cuando vivían en mejores circunstancias. Había tierras prosperas para trabajarlas. Había recursos y ayuda técnica para mejorar las cosechas. No había deforestación. Pero en la actualidad, tienen que sacar la madera de los manglares y de los bosques para tener un pequeño ingreso económico. Es lo único que tienen. Es lo único que pueden hacer. Y a la vez, están destruyendo el recurso de las próximas generaciones.

Hace unos días, comencé a leer el libro “Jesucristo liberador” de Jon Sobrino, pero ya en la pagina diez, ya no lo quise seguir leyendo. Teniéndole lastima a los pobres y decirles que siendo pobres Dios los ama, lo único que hace es agravar más su situación. ¿Por qué decir que Dios odia a los ricos y ama a los pobres? ¿Por qué decir que Jesús siendo rico se hizo pobre? ¿Por qué confundir la pobreza y la riqueza espiritual con la pobreza y riqueza material?

Esto no lo digo por cuestión política ni ideológica. Lo digo por la conciencia colectiva en la que nos enseñaron que tenemos que ser pobres para ser buenos. ¿Por qué no infundir una conciencia de prosperidad? ¿Por qué no decir que el universo es tan grande y que tiene suficiente para todos?





¿Por qué decir que los ricos son malos? (no incluyo aquí, a los ricos opresores) ¿A quien no le gustaría tener unos cuantos milloncitos? Si desde nuestras propias casas estamos haciendo que Bill Gates y Carlos Slim sean los hombres más ricos del mundo.

¿Qué podemos hacer por los pobres? Brindarles educación, salud y oportunidades. Enseñarles a pescar y no darles el pescado servido en un plato. Conocer que Dios es nuestra fuente de vida y que “espiritual” significa no carecer de nada... En una simple semilla se encuentra la promesa de un bosque.

5/04/2007



La maldición de la Malinche

La historia cuenta sobre una india de las tierras de Mesoamérica que al ver al español Hernán Cortés se enamoró de él. Él la utilizó para satisfacer todos sus deseos sexuales. Ella se sentía favorecida al haber sido escogida por él. Se llamaba Malinche. La historia la conoce como “La maldición de la Malinche”.

La Malinche representa el símbolo del indio seducido y abandonado, dando lugar al término “malinchismo”. Representa la entrega a lo que viene de fuera y a la incapacidad que tenemos para valorar lo propio.

El año pasado impartimos un seminario sobre “Turismo rural”, con la cooperación regional francesa. El francés que dio el seminario no dijo mayores cosas de las que ya sabíamos.

Mirando el ámbito artístico y cultural conocemos más y leemos más a escritores de otros países, y nunca hemos leído a Claudia Lars, Salarrué, Alfredo Espino, Roque Daltón, Francisco Andrés Escobar y muchos más.

La misma suerte corren los artistas nacionales, cuando muchos de ellos poseen la misma calidad que cualquier otro artista “internacional”. Recuerdo la primera vez que escuché la canción “Hacer nuestro el universo”, pensé que la cantaba Cristian Castro.

Mi mamá siempre hace el comentario que por qué para la Teletón tienen que traer a un animador extranjero, cuando en nuestro país, existen muy buenos presentadores (a excepción claro del señor que aparece todas las tardes de los sábados en un canal de TCS).

La identidad cultural se basa en que los pueblos conozcan y se identifiquen con su historia y con su territorio. Y es aquí donde fallamos. No conocemos nuestra historia. No sabemos cómo fue el proceso de colonización ni de independencia. Leímos de corrido en algún libro de historia que en 1,932 hubo una matanza, pero no sabemos cuáles fueron esas causas y por qué motivo tuvieron que fusilar a más de 30 mil campesinos y cómo ese hecho nos afecta hasta el día de hoy.

A veces olvidamos lo que nos sucedió durante la década de los 80´, que no es el hecho de abrir heridas. Es el hecho de no olvidar y de recordar para que no vuelva a ocurrir. Muchos niños no conocen la historia de nuestra guerra civil y algunos adultos inclusive la tratan de olvidar. Es “la corta memoria histórica que tenemos”, como siempre dice el Padre Tojeira, “lo que hace que no aprendamos de los procesos y los volvamos a repetir”.

Hay cosas que no aumentan mucho nuestro patriotismo como nuestra querida selección de fútbol, pero existen personas que han hecho historia con mucho sacrificios en nuestro país. Tenemos un país pequeño pero bonito con atractivos que muchas veces nosotros no apreciamos. Somos los salvadoreños los “hacelotodo, los comelotodo, los véndelo todo”.

Aquí unas estrofas de la canción popular de la Maldición de la Malinche:


Se nos quedó el maleficiode brindar al extranjero nuestra fe, nuestra cultura,nuestro pan, nuestro dinero.


Y les seguimos cambiandooro por cuentas de vidrio y damos nuestra riquezapor sus espejos con brillo.


Hoy en pleno siglo XX nos siguen llegando rubios y les abrimos la casa y los llamamos amigos.
Pero si llega cansado un indio de andar la sierra, lo humillamos y lo vemos como extraño por su tierra...

El Amargo del Pomelo de Nacho Cano

Oleo de mujer con sombrero...Silvio en El Salvador