8/15/2009







Bajo el sol de Cuba


Me fui de vacaciones a Cuba. Un poco por su historia. Un poco para tener un retiro conmigo misma. Y un poco porque creí que era un destino barato. Pero de barato Cuba no tiene nada. El dólar estadounidense no vale nada. Por cada dólar quitan un 20%. Es mucho mejor llegar con euros. Ni las tarjetas visa de bancos gringos aceptan. En cuanto a la comida y los suvenir tienen los mismos precios o son un poco más caros que acá. Sin embargo, es un lugar que vale la pena visitar.

Varadero fue mi primer destino. Es el paraíso. 20 kilómetros de playa de arena blanca, muy fina, con agua tibia color turquesa y con un oleaje muy suave, cual piscina gigante. Varadero está lleno de turistas, especialmente de europeos. En la playa se pueden ver mujeres hermosas bañándose o asoleándose en topless y hombres lindos paseando por toda la playa.

Pasé bañándome en esa playa hermosa por horas…hasta ver el atardecer a las ocho de la noche. A la mañana siguiente quise caminar hasta el centro de Varadero, pero el sol y el calor son tan fuertes que solo pude caminar dos cuadras. Abordé un coco taxi para recorrer la ciudad. Hoteles resort a lo largo de toda la bahía, muchísimos más grandes, quizás unas diez veces más grandes, que el único resort que tenemos en el país. Y turistas a cada paso que daba.

A tres horas de Varadero está La Habana. Tremenda sorpresa. Solo recordé las amenazas de la derecha en la pasada campaña electoral y al ver esa ciudad, deseé que esas amenazas se hicieran realidad. La Habana es una ciudad muy bonita, tranquila, limpia, sin rótulos ni vallas publicitarias que la contaminen, no se ve gente pidiendo en las esquinas, tampoco guaruras con escopetas, no hay ladrones ni maras, hasta tienen el metrobus de Norman.

La Habana Vieja es como estar en Madrid. Hay cuadras y cuadras de bares, cafés, restaurantes, hoteles, tiendas de chocolates, museos, ventas de libros, música, gente tocando música en las esquinas, y un mar de turistas caminando por todas esas cuadras. La Habana Vieja ha sido declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco y están remodelando los edificios. El centro es muy parecido al de San Salvador, solo que sin el trafico insoportable, sin buses, sin basura y sin ventas en la calle.

Y al igual que Varadero, La Habana está llena de hoteles de cadenas internacionales (a excepción de las gringas) y también de hoteles como El Nacional que es impresionante y el Presidente. Hoteles enormes de lujo, muchísimo mejor y muchísimo más grandes que los pocos hoteles que tenemos acá. Todos los hoteles son del gobierno, bueno, todo es del gobierno. No hay empresas privadas.

El malecón y el Morro son lugares súper bonitos. En el Morro fui a la ceremonia del cañonazo. Ceremonia que se hace a las nueve de la noche y se viene realizando todos los días sin excepción desde que los ingleses lo hacían hace trescientos años para anunciar el cierre de la fortaleza. Ahí también está la fortaleza La Cabaña, lugar que ocupó como su despacho el Che, y donde se puede apreciar la oficina que él utilizaba.

Uno de los lugares que más me emocionó fue estar en la plaza de la revolución. Al llegar y ver el rostro del Che en el edificio del Ministerio del Interior con la leyenda “Hasta la victoria siempre” hizo que se me erizara el cuerpo. El monumento a José Martí es impresionante, 140 metros de alto, hecho de mármol, desde ahí se dirigía Fidel a la gente. Por dentro está el museo a José Martí y en la parte de arriba se puede observar toda la Habana. Una vista espectacular.

Al hablar con los cubanos les comentaban que fueron instrumento de la campaña electoral del país y se ponían a reír. Uno me dijo “es como las noticias que nos llegan de ustedes, da la impresión que solo tienen maras”. Otro me dijo que estaban bien, tienen educación y salud gratis, pueden estudiar un postgrado, una maestría, y todo lo que quieran y no les cuesta nada. Tienen trabajo y la comida nunca les falta. No se mueren de hambre, ni les falta asistencia médica. Sí les dan una ración de víveres al mes, pero eso no les impide que puedan comprar las cosas que ellos quieran. Tampoco hacen colas para pedir la comida, eso es mentira. Las únicas colas que vi fueron para ir a comer sorbetes. No quieren el capitalismo, lo que desean es un socialismo reformado, en el que puedan tener mejores ingresos y tener acceso a más cosas.

Yo no sé si el capitalismo es bueno o si el socialismo es bueno. Lo que sé es que me quise tomar una coca o una pepsi bien helada, pero no tenían, solo TuKola, la gaseosa que ellos elaboran, pero no me gustó. Muchos me dijeron que me fuera a vivir a Cuba, me aseguraron que al día siguiente tendría trabajo y me enseñaron los apartamentos donde viven los turistas que se quedan a vivir ahí. Esos apartamentos no tienen nada que envidiarles a los de las zonas exclusivas de acá.

También, por las cosas que vi y a los lugares que fui, en Cuba al igual que aquí, hay diferencia en la vivienda. Vi casas súper bonitas en colonias exclusivas y también vi casas bien sencillas en lugares diferentes. Lo que no se ve son zonas marginales, ni casas de cartón o de láminas. No se ven mendigos. Los deportistas y los médicos pueden comprarse carros de lujo. Y los cubanos pueden salir de la isla siempre y cuando una persona de afuera los invite a su país y se haga cargo de sus gastos.
En Cuba no hay consumismo, no tienen mucho de donde escoger y me pregunto que si eso es bueno también, o como estamos en nuestro país con un consumo que topa las tarjetas de crédito, queriéndonos dar importancia por lo que tenemos y no por lo que somos como personas.
No sé si es comunismo, socialismo o capitalismo el que deseo, pero lo que deseo es lo siguiente: igualdad y oportunidades para todos y todas, donde tengamos derecho a una salud con calidad, educación que haga seres pensantes, y justica para todos y todas. Y como dijo José Martí "La riqueza exclusiva es injusta. Sea de muchos; no de los advenedizos, nuevas manos muertas, sino de los que honrada y laboriosamente la merezcan".

Cuba es un destino turístico por excelencia, no solo es las cuestiones políticas que escuchamos. Es mucho más que eso. La gente es muy amable, fuerte para hablar, pero amables. Tiene lugares paradisiacos y una infraestructura hotelera y cantidad de turistas para envidiarles. Las calles y carreteras están en perfectas condiciones. Los cubanos son gente preparada, profesionales con post grados y maestrías. Y donde en las noches se puede tener un vacilón que rico vacilón hasta el amanecer con los y las cubanas que mueven las cinturas al compas del chá chá chá…

El Amargo del Pomelo de Nacho Cano

Oleo de mujer con sombrero...Silvio en El Salvador