6/30/2009


Turismo La Mora

Hice el recorrido turístico que promueve la comunidad La Mora. El recorrido se hace en las faldas del cerro de Guazapa y se visita el cantón El Zapote, desaparecido en la década de los ochenta, durante la guerra. En ese lugar vivían unas 250 familias que se dedicaban especialmente a la agricultura.

El atractivo principal del recorrido es la escuelita que fue utilizada como campamento guerrillero, y desde esa trinchera defendían el territorio. Todavía se pueden observar las trincheras, los buzones (que a diferencia de los tatus, los hacían sobre los caminos principales) casas destruidas, y la iglesia de la comunidad que todavía conserva parte del altar, pedazos de techo de teja, todo como un testigo mudo de todos los horrores que una guerra puede ocasionar.

Dicen que el cerro de Guazapa fue el lugar más bombardeado durante la guerra. En este recorrido se pueden observar dos cráteres de bombas de 750 libras que fueron arrojadas a los pobladores. Luis, mi guía de la comunidad, me fue contando su experiencia durante esa época. Tuvo que agarrar el fusil cuando apenas tenía 14 años, pero con el asesinato de su papá no tuvo otra opción.

Durante el recorrido me fue señalando la casa donde vivían sus abuelos, la casa donde creció, y donde vivía la chica que le robó el corazón.
Al iniciar esta ruta, no me imaginé de todas las sorpresas que iba a tener en el camino. A medida que se avanza la naturaleza se va haciendo más espesa, árboles de copinol en todo el camino, se pueden ver y escuchar varias aves y alguno que otro mamífero, la experiencia es fascinante y no podía dejar de imaginarme cómo era esa comunidad antes de la guerra.

En el recorrido se pueden ver algunas tumbas de “los compañeros caídos” como dice Luis. En el monumento de La tumba del guerrillero están enterrados: Israel, Daniel, Antonio. René, José, Osmaro, Juan, Saulito y Pantera, y se les recuerda como parte de la lucha que deben hacer hasta cumplir sus ideales de paz duradera y democracia con justicia social.

El recorrido termina en un mirador desde el cual se puede ver Suchitoto, el lago de Suchitlán y las montañas de Chalate…Espectacular! No así la caminata, que luego de cinco horas de camino mis canillitas ya no aguataban...pero el recorrido también se puede hacer a caballo.

El Amargo del Pomelo de Nacho Cano

Oleo de mujer con sombrero...Silvio en El Salvador