12/20/2009

Luna Nueva

Algunos días, me levanto a las cinco de la mañana para ir a correr al estadio Flor Blanca. Aparte del ejercicio físico, me gusta ir a esa hora porque hay cosas en la naturaleza que me sorprenden y me dejan maravillada.

He podido ver amaneceres, con los rojos tan vivos del sol, dándole la bienvenida al nuevo día. Otras veces, he logrado ver una luna llena hermosa, tan cercana a la tierra que da la sensación que si extiendo el brazo la puedo tocar.

Este lunes vi una luna nueva muy bonita, se lograba ver toda la circunferencia de la luna. La gran bóveda celeste del cielo estaba completamente llena de estrellas, unas brillando más que otras. En un momento que estuve contemplando el cielo, logré ver unas 12 estrellas fugaces.

Para mí, esa hora es un tiempo de meditación. Como la decadencia de la música de estos días o mi decadencia no va con la música de estos días, prefiero escuchar radio el mundo, y con la voz de Betty me repito “sonríele a la vida, sonríele al amor…eres uno con el universo…” y todas las demás afirmaciones que hace, las repito mientras recorro esa pista, contemplando el cielo y el bello amanecer.

Con esta Luna Nueva, me dije “Es un nuevo comienzo” y tuve esa sensación durante todo el día. Por la noche en la clase de yoga, mi instructora dijo “es tiempo de comienzos, es tiempo de cerrar círculos” y terminó la clase con el mantra de la paz “Shanti, Shanti, Shanti…” y con el bello saludo “Namasté”.

Nuevos comienzos. Cerrando Círculos. Y termina este año, que ha sido para mí como un viaje en la montaña rusa, con sentimientos y emociones que han rozado el límite…desde la tristeza, impotencia y desesperación por la enfermedad y muerte de mi mamá; la satisfacción de estar trabajando en un proyecto en el cual creí que solo se lograba entrar “por cuello”; y la alegría, sorpresa y significado que un anillo puede proporcionar.

Descubrí este año, que la amistad no es un contrato que se establece. Nada es seguro. Y el apoyo en los momentos duros llegó de personas inesperadas, de ángeles que Dios envío para ayudarnos en los momentos tristes y de desesperación. Nunca llegaron de las personas que esperaba, y como lo dije, la amistad no es un contrato establecido…cada quien sigue con su vida y su día a día, y lo único que hay que hacer es poder respetar eso, porque nadie está obligado a sentarte a la par tuya a llorar contigo o a ofrecerte el hombro para desahogarte con esa persona…Eso lo hacen personas especiales que llegan a tu vida en el momento justo, y luego desaparecen, dejando un halo de bienestar para siempre…

Ya estoy en la mitad de esta carretera
tantas encrucijadas quedan detrás.
Ya está en el aire girando mi moneda y que sea lo que sea.
Todos los altibajos de la marea,
todos los sarampiones que ya pasé.
Yo llevo tu sonrisa como bandera y que sea lo que sea.
Lo que tenga que ser, que sea.
Y lo que no por algo será.
No creo en la eternidad de las peleas,
ni en las recetas de la felicidad…

SEA, Jorge Drexler.

12/13/2009



Tequila

De la oficina me mandaron a Guadalajara para conocer La Ruta del Tequila. Esta ruta está integrada por cinco municipios: Arenal, Amatitán, Tequila, Magdalena y Teuchitlán. El principal de ellos es Tequila, ubicado a unos 60 kilómetros de Guadalajara, es un pueblo de calles empedradas, casas estilo colonial, y con un clima frio, rico, rico.

En el recorrido se aprecia el extenso paisaje agavero, y se menciona mucho una novela que no vi Destilando amor y que dicen que fue filmada en ese lugar. Nos enseñaron el lugar donde dicen que la Gaviota “perdió”…pero igual no entendí porque no vi la novela.

Conocí el proceso de elaboración y producción del tequila: comienza cuando los jimadores extraen la piña del agave, éste debe de haber sido cultivado y cuidado por 8 años, luego es trasladado a las fabricas, en las cuales es introducido en hornos por 48 horas, para pasar luego al molino, y luego a la parte de destilación, para obtener después el tequila blanco, el reposado, el añejo, el súper añejo y el mejor de todos: la reserva de la familia Cuervo.

Estuve en Mundo Cuervo, la fábrica de tequila José Cuervo. Tremenda empresa. Tremenda fábrica dentro de una enorme casa colonial. En uno de los jardines de la casa está la mascota de la fábrica “Pepe” un cuervo enorme, que se ha de comer como unas cinco libras de carne al día. El recorrido finaliza en la bodega del mejor tequila Cuervo, la reserva de la familia, algunos datan de 1,800 y cada litro puede llegar a costar hasta US$ 2,500!!!!

Bueno, nunca me imaginé que probaría tanto tequila, probar, no tragar. Nos enseñaron a hacer la catación del tequila en una copa para ver el cuerpo del tequila, distinguir los olores de cada clase y como saborearlo. Tuvimos la suerte de que nos dieran también tequila de la reserva de la familia.
Una de las noches, nos invitaron a la posada de Mundo Cuervo, ya con dos margaritas tuve más que suficiente, más todos los tacos, enchiladas, carnes, pinchos, atoles, dulces, piñatas, todo con un “poquito de chile” como dicen los mexicanos, pero para mí ese chilito era más que suficiente para hacerme sacar lagrimitas de lo picante!!!

En la rifa de la posada de Mundo Cuervo me gané una botella de tequila Azul Centenario, la cual no sé cuándo será utilizada, pero me quedará como recuerdo de este viaje y de esta experiencia en este mundo del tequila.


P.D. Aquella canción es real, porque Guadalajara sí sabe a pura tierra mojada.

11/01/2009



País rico, país pobre

Venía el viernes en la tarde de Aguacayo, iba para la oficina que está en Santa Tecla. Subí por la calle Padres Aguilar, cruce en la calle donde está el kreef para volver a cruzar a la izquierda por la escuela americana. En esa intersección de la calle, me sentí sumida en otra realidad, era algo así como una dimensión desconocida, no sabía dónde estaba, mis ojos miraban hacia todas partes queriendo reconocer mi país.

Justo en esa intersección, me sentí rodeada de unas mega camionetas de lujo, del año, no sé de marcas de carro, pero eran mucho mejores y mucho más lujosas que la camioneta que me han asignado en la oficina.

Me pregunté que de donde salían todas esas camionetas polarizadas, impersonales, manejadas por personas arrogantes, por choferes con caras de pocos amigos, por algunos extranjeros. Me puse a pensar que quizás también eran de organismos internacionales, o que también podía ser que en este país la gente ganaba lo suficiente para tener y mantener ese tipo de vehículos.

Me sentí algo extraña, en esa calle extraña. Algunas veces que regreso de la zona norte, de andar en las comunidades La Mora, Guazapa, Copapayo, Santa Cruz, Aguacayo, o de la zona alta de San Ignacio y La Palma, me cuesta ubicarme dentro del Gran Salvador. Cuando me fijo en la actitud de personas engreídas, soberbias e imponentes, me cuesta “aterrizar” y darme cuenta que estoy en un país con unas diferencias económicas y sociales abismales.

Me doy cuenta que no importa cuánto una persona gane, sus títulos universitarios, o las posesiones que tenga, entre más tienen, más mal educados son. Cuando llego a algunas comunidades, la gente sonríe un poco con temor, pero saludan amablemente, ofrecen un vaso de agua, una agüita de coco, una cafecito, cualquier cosa, pero siempre ofrecen algo. Nos reunimos bajo un árbol, en alguna casa comunal, en los corredores de las casas, o en una banca sostenida por algunas piedras, pero la gente es amable y educada.

Qué diferencia! Qué país tan diferente! Un país tan pequeño, con un pasado común, con un conflicto armado que afectó a todo el país, pero solo unas cuantas personas sufren en carne viva las consecuencias de esa guerra: personas que perdieron la vista, algún miembro de su cuerpo, algún familiar, sus casas, sus propiedades…y están ahí, en las comunidades como repobladores, como personas con ganas de seguir adelante, y con la esperanza de un futuro mejor para las nuevas generaciones. Y por las cuales, y a quienes nosotros les debemos el estar aquí, viviendo en este Gran San Salvador, con un poco de infraestructura y recursos modernos.

Qué país tan diferente! Cuanta diferencia en las condiciones de vida de todos y todas las salvadoreñas. Un país rico y un país pobre todo junto en el mismo territorio que tiene por nombre El Salvador.

“Y ahora que ya no hay trincherasel combate es la escaleray el que trepe a lo más altopondrá a salvo su cabezaAunque se hunda en el asfalto La Belleza...”
(Luis Eduardo Aute)

Marzo 2009, marzo 2010 año de todos los mártires de El Salvador.

10/04/2009


Mauricio


Mauricio es el profesor de baile en el gimnasio. Es alto, delgado y es más mujer que todas las mujeres que vamos al gimnasio. Y eso es lo que admiro de él, la manera en que disfruta sentirse mujer.

Durante la clase de baile, Mauricio mueve las caderas como nadie más. A veces nos quedamos viendo entre todas y nos ponemos a reír porque no podemos seguirle los pasos, y él solo sonríe y nos dice “que les pasa? Muevan la cintura: uno, dos, uno, dos, uno, dos…” Pero nuestras cinturas y movimientos son duros, sin gracia, como que toda esa represión de expresarnos como mujeres nos pasara la cuenta y nos convirtiera en tablas.

Yo me repito a mí misma “voy a bailar como si nadie me estuviera viendo”, pero por más que trato no puedo seguirle los pasos. Mauricio se mueve con más sensualidad y gracia que la Shakira bailando dentro de una jaula.

Pero sigo intentado seguirle los pasos…uno, dos: a mover la cadera al ritmo de salsa, merengue, cha cha cha, quebradita, regueton, y todos los estilos musicales que nos pone a bailar. “Tengo que liberarme” me repito…Pero me desilusiono cuando nos dicen “pongan los pies como si utilizaran tacones número diez” ¡y él baila realmente como si los tuviera puestos! y yo me digo “si apenas puedo ocupar los tacones número dos…”

Con tantas enfermedades que sufrimos las mujeres relacionadas a nuestra feminidad, Mauricio es un buen doctor para tratarlas, porque nos hace sentirnos realmente mujeres y disfrutar de nuestros cuerpos, nuestros movimientos, nuestras caderas. Nos hace disfrutar de nuestra sensualidad, sexualidad y el poder ser mujeres completas.

También, pienso que Mauricio la he de pasar mal con algunas personas que no lo pueden aceptar a él como realmente es y su manera de expresarse. Pero creo que él no les presta mucha atención, porque realmente se ve que lo disfruta. Y lo admiro más porque tuvo el valor de salir del closet sin importar el qué dirán o cómo lo fueran tratar. Total, el problema no es de él, sino de los que no pueden aceptar que cada uno tiene el derecho de expresarse cómo mejor lo desee.

La clase de baile dura una hora sin parar, sin pausa, movimiento tras movimiento, tratándole de seguir los pasos a Mauricio, que disfruta con cada paso que da, bailando con los brazos levantados y dejándolos pasar sensualmente por su cabeza, su cuello, el pecho, hasta llegar a la cintura, donde las mueve con ritmo y gracia y donde disfruta sentirse mujer, como nadie más en ese lugar lo hace…total, en ese gimnasio, Mauricio es la Reina del lugar.

8/15/2009







Bajo el sol de Cuba


Me fui de vacaciones a Cuba. Un poco por su historia. Un poco para tener un retiro conmigo misma. Y un poco porque creí que era un destino barato. Pero de barato Cuba no tiene nada. El dólar estadounidense no vale nada. Por cada dólar quitan un 20%. Es mucho mejor llegar con euros. Ni las tarjetas visa de bancos gringos aceptan. En cuanto a la comida y los suvenir tienen los mismos precios o son un poco más caros que acá. Sin embargo, es un lugar que vale la pena visitar.

Varadero fue mi primer destino. Es el paraíso. 20 kilómetros de playa de arena blanca, muy fina, con agua tibia color turquesa y con un oleaje muy suave, cual piscina gigante. Varadero está lleno de turistas, especialmente de europeos. En la playa se pueden ver mujeres hermosas bañándose o asoleándose en topless y hombres lindos paseando por toda la playa.

Pasé bañándome en esa playa hermosa por horas…hasta ver el atardecer a las ocho de la noche. A la mañana siguiente quise caminar hasta el centro de Varadero, pero el sol y el calor son tan fuertes que solo pude caminar dos cuadras. Abordé un coco taxi para recorrer la ciudad. Hoteles resort a lo largo de toda la bahía, muchísimos más grandes, quizás unas diez veces más grandes, que el único resort que tenemos en el país. Y turistas a cada paso que daba.

A tres horas de Varadero está La Habana. Tremenda sorpresa. Solo recordé las amenazas de la derecha en la pasada campaña electoral y al ver esa ciudad, deseé que esas amenazas se hicieran realidad. La Habana es una ciudad muy bonita, tranquila, limpia, sin rótulos ni vallas publicitarias que la contaminen, no se ve gente pidiendo en las esquinas, tampoco guaruras con escopetas, no hay ladrones ni maras, hasta tienen el metrobus de Norman.

La Habana Vieja es como estar en Madrid. Hay cuadras y cuadras de bares, cafés, restaurantes, hoteles, tiendas de chocolates, museos, ventas de libros, música, gente tocando música en las esquinas, y un mar de turistas caminando por todas esas cuadras. La Habana Vieja ha sido declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco y están remodelando los edificios. El centro es muy parecido al de San Salvador, solo que sin el trafico insoportable, sin buses, sin basura y sin ventas en la calle.

Y al igual que Varadero, La Habana está llena de hoteles de cadenas internacionales (a excepción de las gringas) y también de hoteles como El Nacional que es impresionante y el Presidente. Hoteles enormes de lujo, muchísimo mejor y muchísimo más grandes que los pocos hoteles que tenemos acá. Todos los hoteles son del gobierno, bueno, todo es del gobierno. No hay empresas privadas.

El malecón y el Morro son lugares súper bonitos. En el Morro fui a la ceremonia del cañonazo. Ceremonia que se hace a las nueve de la noche y se viene realizando todos los días sin excepción desde que los ingleses lo hacían hace trescientos años para anunciar el cierre de la fortaleza. Ahí también está la fortaleza La Cabaña, lugar que ocupó como su despacho el Che, y donde se puede apreciar la oficina que él utilizaba.

Uno de los lugares que más me emocionó fue estar en la plaza de la revolución. Al llegar y ver el rostro del Che en el edificio del Ministerio del Interior con la leyenda “Hasta la victoria siempre” hizo que se me erizara el cuerpo. El monumento a José Martí es impresionante, 140 metros de alto, hecho de mármol, desde ahí se dirigía Fidel a la gente. Por dentro está el museo a José Martí y en la parte de arriba se puede observar toda la Habana. Una vista espectacular.

Al hablar con los cubanos les comentaban que fueron instrumento de la campaña electoral del país y se ponían a reír. Uno me dijo “es como las noticias que nos llegan de ustedes, da la impresión que solo tienen maras”. Otro me dijo que estaban bien, tienen educación y salud gratis, pueden estudiar un postgrado, una maestría, y todo lo que quieran y no les cuesta nada. Tienen trabajo y la comida nunca les falta. No se mueren de hambre, ni les falta asistencia médica. Sí les dan una ración de víveres al mes, pero eso no les impide que puedan comprar las cosas que ellos quieran. Tampoco hacen colas para pedir la comida, eso es mentira. Las únicas colas que vi fueron para ir a comer sorbetes. No quieren el capitalismo, lo que desean es un socialismo reformado, en el que puedan tener mejores ingresos y tener acceso a más cosas.

Yo no sé si el capitalismo es bueno o si el socialismo es bueno. Lo que sé es que me quise tomar una coca o una pepsi bien helada, pero no tenían, solo TuKola, la gaseosa que ellos elaboran, pero no me gustó. Muchos me dijeron que me fuera a vivir a Cuba, me aseguraron que al día siguiente tendría trabajo y me enseñaron los apartamentos donde viven los turistas que se quedan a vivir ahí. Esos apartamentos no tienen nada que envidiarles a los de las zonas exclusivas de acá.

También, por las cosas que vi y a los lugares que fui, en Cuba al igual que aquí, hay diferencia en la vivienda. Vi casas súper bonitas en colonias exclusivas y también vi casas bien sencillas en lugares diferentes. Lo que no se ve son zonas marginales, ni casas de cartón o de láminas. No se ven mendigos. Los deportistas y los médicos pueden comprarse carros de lujo. Y los cubanos pueden salir de la isla siempre y cuando una persona de afuera los invite a su país y se haga cargo de sus gastos.
En Cuba no hay consumismo, no tienen mucho de donde escoger y me pregunto que si eso es bueno también, o como estamos en nuestro país con un consumo que topa las tarjetas de crédito, queriéndonos dar importancia por lo que tenemos y no por lo que somos como personas.
No sé si es comunismo, socialismo o capitalismo el que deseo, pero lo que deseo es lo siguiente: igualdad y oportunidades para todos y todas, donde tengamos derecho a una salud con calidad, educación que haga seres pensantes, y justica para todos y todas. Y como dijo José Martí "La riqueza exclusiva es injusta. Sea de muchos; no de los advenedizos, nuevas manos muertas, sino de los que honrada y laboriosamente la merezcan".

Cuba es un destino turístico por excelencia, no solo es las cuestiones políticas que escuchamos. Es mucho más que eso. La gente es muy amable, fuerte para hablar, pero amables. Tiene lugares paradisiacos y una infraestructura hotelera y cantidad de turistas para envidiarles. Las calles y carreteras están en perfectas condiciones. Los cubanos son gente preparada, profesionales con post grados y maestrías. Y donde en las noches se puede tener un vacilón que rico vacilón hasta el amanecer con los y las cubanas que mueven las cinturas al compas del chá chá chá…

7/12/2009


La carretera


Por cuestiones de trabajo, viajo a Suchitoto unas tres o cuatro veces a la semana. Mi ruta es saliendo por la calle de la Constitución, desviándome por Apopa y cruzo en Aguilares, y es ahí donde cambia la carreta, cambia el ambiente. La carretera, de unos 18 km y de dos carriles, bordea el volcán de Guazapa, siempre saludo a la “mujer dormida” y disfruto del paisaje. No importa cuántas veces a la semana viaje o la prisa que lleve, siempre me fijo en algo nuevo, en algún detalle, en una casita o en las personas que transitan por esa calle.

Al iniciar ese tramo de la carretera un muro de arboles la hace mágica. Las copas de los arboles, a ambos lados de la calle, se entrelazan entre sí, creando un túnel verde y mágico. Paso por una hacienda, que en algún momento me detendré y pediré permiso para ingresar, paso el ingenio San Francisco y diferentes comunidades y escuelas.

En el camino, siempre me encuentro con la misma señora que lleva unas seis vacas, un poco flacas, no sé a dónde las lleva, pero al ver a las vaquitas tan flaquitas me acuerdo de lo que dijo en una ocasión el director de nuestro proyecto, que de esas vaquitas no salía leche fluida, sino que leche en polvo.

Disfruto cuando veo a los niños y niñas caminando hacia la escuela, ver el grupo de amiguitos alegres, fregando en el camino, la parejita con ilusiones en su vida, los niños que van en sus bicicletas, y las niñas con la malicia en los poros. Y en las tardes de tormenta, veo, con ojos de envidia, como los niños y las niñas caminan muy alegremente bajo la lluvia, y repito, Dios está en la lluvia.

No pueden faltar los diferentes perros aguacateros, más fieles que la vida misma, acompañan a sus dueños, mirándolos con ojos alegres, moviendo sus colitas, y mostrando sus cuerpos esqueléticos, llenos de pulgas y garrapatas. Hay uno en especial que ha llamado mi atención, le he puesto por nombre Suplicio, porque eso es lo que inspira su cuerpo lleno de jiote, la cola más tiesa que un leño y unos ojos lastimeros que piden ayuda. En más de una ocasión he pensado pasarle con el carro encima para aliviarlo de una sola vez de ese sufrimiento, pero creo que no lo haré nunca.

Hay otros perritos que retozan en la calle. Cuando paso a la par de ellos solo levantan la vista para ver a la intrusa que interrumpe su descanso, y se vuelven a acomodar para seguir soñando con una chuletita rica, un petate calientito donde dormir y una perrita sexy que los calme de sus deseos carnales.

Últimamente he visto dos culebras que han hecho que se me erice la piel. Una de ellas era transportada por un niño en el manubrio de su bicicleta, y la otra, le pasé con el carro encima y me di cuenta hasta que vi por el retrovisor la culebra con las tripas de fuera. Tengo que aclarar que ya la pobre culebra había sido aplastada por unos cuantos carros más.

Paso por las comunidades de La Mora, El Zapotal, el desvío para el Barío, Aguacayo y siempre observo las ruinas de la iglesia, algunas paredes de casas destruidas durante la guerra, algunas cruces en el camino llenas de flores y me pregunto que quién o quienes estarán enterrados ahí, si murieron por un ideal, y lucharon hasta el final por eso.
A veces comparto con algunos gringos y canadienses que llegan a vivir a las comunidades por un tiempo, y les ayudan a hacer duchas, pintar murales, dar clases de inglés. Los extranjeros se ven tan a gusto que parecen otros habitantes de esos lugares. Me gusta cuando hablan con uno y dicen “oh chivo” y toman gaseosas en bolsas y con pajillas.

Ya en la tarde, cuando vengo de regreso, observo a Don Candelario y a Don Luis descansando de sus labores agrícolas, a Leyla y Maritza elaborando las artesanías con semillas naturales que recogen de las faldas del volcán de Guazapa, a los niños y niñas regresando a sus casas luego de la jornada de estudio.

Observo el atardecer, los colores maravillosos de la tarde que dan una tonalidad exquisita sobre las milpas y la caña de azúcar. Miro hacia el cielo, cómo se forman las nubes, cómo se va despidiendo el día, cómo se va despidiendo el sol con esos rayos majestuosos, miro hacia el infinito, hacia el Cielo y sé que desde ese lugar mi mamá me cuida y va conmigo en esa carretera llena de magia y de vida.

6/30/2009


Turismo La Mora

Hice el recorrido turístico que promueve la comunidad La Mora. El recorrido se hace en las faldas del cerro de Guazapa y se visita el cantón El Zapote, desaparecido en la década de los ochenta, durante la guerra. En ese lugar vivían unas 250 familias que se dedicaban especialmente a la agricultura.

El atractivo principal del recorrido es la escuelita que fue utilizada como campamento guerrillero, y desde esa trinchera defendían el territorio. Todavía se pueden observar las trincheras, los buzones (que a diferencia de los tatus, los hacían sobre los caminos principales) casas destruidas, y la iglesia de la comunidad que todavía conserva parte del altar, pedazos de techo de teja, todo como un testigo mudo de todos los horrores que una guerra puede ocasionar.

Dicen que el cerro de Guazapa fue el lugar más bombardeado durante la guerra. En este recorrido se pueden observar dos cráteres de bombas de 750 libras que fueron arrojadas a los pobladores. Luis, mi guía de la comunidad, me fue contando su experiencia durante esa época. Tuvo que agarrar el fusil cuando apenas tenía 14 años, pero con el asesinato de su papá no tuvo otra opción.

Durante el recorrido me fue señalando la casa donde vivían sus abuelos, la casa donde creció, y donde vivía la chica que le robó el corazón.
Al iniciar esta ruta, no me imaginé de todas las sorpresas que iba a tener en el camino. A medida que se avanza la naturaleza se va haciendo más espesa, árboles de copinol en todo el camino, se pueden ver y escuchar varias aves y alguno que otro mamífero, la experiencia es fascinante y no podía dejar de imaginarme cómo era esa comunidad antes de la guerra.

En el recorrido se pueden ver algunas tumbas de “los compañeros caídos” como dice Luis. En el monumento de La tumba del guerrillero están enterrados: Israel, Daniel, Antonio. René, José, Osmaro, Juan, Saulito y Pantera, y se les recuerda como parte de la lucha que deben hacer hasta cumplir sus ideales de paz duradera y democracia con justicia social.

El recorrido termina en un mirador desde el cual se puede ver Suchitoto, el lago de Suchitlán y las montañas de Chalate…Espectacular! No así la caminata, que luego de cinco horas de camino mis canillitas ya no aguataban...pero el recorrido también se puede hacer a caballo.

4/19/2009


Impresionante!














Fue una experiencia increíble. Extraordinaria. Y la viví, no en Costa Rica, ni en Estados Unidos, ni en ningún otro país del mundo, más que en mi propio país, El Salvador. Fuimos con los compañeros y compañeras de la oficina a Los Cobanos, para hacer el tour de avistamiento de fauna marina.

Mar adentro, no nos alcanzaban los ojos para poder ver algún signo de las ballenas jorobadas. Luego de casi una hora, el guía nos dijo “ahí están”, y con el motor a toda marcha nos fuimos acercando cada vez mas y mas a una zona donde se miraban algunas colas, animalitos saltando. Primero se miraban unos pocos, luego mas y mas…no eran ballenas…eran delfines!!! Los delfines nadaban a nuestro lado, saltaban de par en par, nos seguían cerca de la lancha, podíamos ver grupos de dos, de tres, de cuatro…delfines por todas partes. Creo, y sin exagerar, que vimos mas de cien delfines por toda esa zona.

Yo no podía dejar de gritar de la emoción. Por cualquier lado, miraba delfines. Y entre tantos animalitos, me fije que venia un pajarito, sobre el caparazón de una tortuga enorme!!!

Luego de unos treinta minutos, los delfines siguieron su ruta y nos quedamos contentos, descansando un poco luego de tanta emoción. Nos encontramos con los compañeros que venían en otras dos lanchas. Algunos se metieron al mar a darse un buen “chapuzón”. Yo me quede sentadita en la lancha, mareándome un poco.

Después de un rato, seguimos en la búsqueda de las ballenas. Vuelta y vuelta y nada de ballenas. Algo decepcionados, estábamos por iniciar el plan b: hacer snorkel en el barco hundido “Sheriff Gone”, cuando unos pescadores nos gritaron “allá vienen las ballenas”, y con el motor a toda marcha nos fuimos al encuentro con las ballenas.

No puedo explicar la emoción que sentí cuando las vi. Se miraban las colas, los lomos de las ballenas, el chorro que tiran…Yo seguía gritando de tanta emoción, logré hacer hasta equilibrio en la lancha…Las ballenas se nos iban acercando, las tuvimos a unos 20 metros, y las podíamos apreciar en todo su esplendor.

Deseábamos que alguna ballena saltara para el mejor recuerdo…pero no lo hacían. Las seguíamos muy de cerca, y no podíamos creer lo que mirábamos. Esas imágenes que solo había visto por televisión, las estaba viendo en vivo y a todo color. Las ballenas iban a nuestro lado. Ver la cola de la ballena saliendo del agua y volverse a sumergir, fue algo increíble, indescriptible. La emoción no paraba. Cuando creímos que las ballenas solo iban a nadar a nuestro lado, una decidió dar un salto para mostrarnos toda su existencia. Fueron unos segundos, pero fueron maravillosos.

P.D. Les dejo el video que hizo Univision la semana pasada y con el link de nuestra pagina web para que tengan la información sobre este tour.

http://www.youtube.com/watch?v=fDfxKD_tokY
http://www.elsalvadorexperience.com/

El Amargo del Pomelo de Nacho Cano

Oleo de mujer con sombrero...Silvio en El Salvador