11/29/2008



Under Pressure

Siempre había disfrutado estos días. Octubre, noviembre, diciembre. Mis meses favoritos. Disfrutar el clima, el cielo azul, los celajes del atardecer. Mi cumpleaños. Las vacaciones. Navidad. Fin de año. Regalos y abrazos.

Hoy, los días pasan sin enterarme. Sin pensar en qué día es ahora. Fecha? Mes? Tengo que ver el calendario para saber en que día estoy. Ahora los días son calurosos. El cielo un poco gris. El sol quema. Y las pocas montañas que quedan todavía en el país, van perdiendo su color verde muy rápidamente.

Esta mañana tuve un regalo: Una preciosísima luna llena sobre el volcán de San Salvador. Tenia una luz maravillosa, se miraba grande, hermosa, radiante, la Señora Luna. Dentro del estadio, nadie mas parecía admirado por esa maravilla, solo yo.

Estuve un buen momento parada, contemplándola. Pensé en nuestros ancestros, y como ellos rendían culto a la naturaleza, y como basaban todas sus costumbres alrededor de los ciclos lunares.

Mientra miraba la luna, comencé a hacer Tai Chi. “Tocando el cielo con una mano, tocando el cielo con las dos manos”, como nos dice Berta, nuestra instructora. Lo hacia tratando de obtener un poco de energía de la Señora Luna. Quería tocar la luna y que ese hermoso espectáculo durara toda la vida.

Poco a poco, la Señora Luna se fue escondiendo detrás del volcán. Se comenzaban a ver los primeros rayos del Señor Sol que salían del cerro San Jacinto. Fue un momento maravilloso, espectacular.

Tuve un bello regalo este día. Agradecí a Dios por todas las bendiciones y milagros que El hace día a día. Bendiciones y milagros que están frente a nosotros, pero nos cuestan verlos, distinguirlos. El milagro de la vida. El milagro de amanecer cada día y celebrar la vida.

El Amargo del Pomelo de Nacho Cano

Oleo de mujer con sombrero...Silvio en El Salvador