9/08/2016

El cambio


Yo sí vote por el cambio. Claro que vote por ellos. Yo sí creía que el país podía cambiar. Participé en las celebraciones. De esa noche de domingo en la plaza Masferrer. De esa tarde en el estadio Cuscatlán, junto al presidente Correas  gritando esa canción de Inti Illimani y esa misma noche en el concierto de los Guaraguao… “Orgullosa de ser salvadoreña”.

Había una alegría en el ambiente. En las comunidades donde trabajaba, celebraran y estaban felices. Había esperanzas. Esperanzas que poco a poco se fueron diluyendo, desapareciendo, y convirtiéndose en una pregunta ¿y ahora qué va a pasar?

Por un lado, los gobiernos de derecha privatizaron los servicios, el sistema de pensiones, la banca, nos dolarizaron, deforestaron el país, dejaron las carreteras a medio construir,  crearon todos los mecanismos legales para robar libremente y a sus anchas. Y por el otro lado, la izquierda salió con su bandera preferencial por los pobres y prostituyeron la imagen de Monseñor Romero, para luego convertirse en los nuevos ricos del país.

Al ver las noticias, me crea una repulsión enorme ver que gastan el presupuesto de la nación en carros de lujo, en viajes, en asesores de asesores de asesores, en trabajadores suplentes, en seguros médicos privados, en comidas y bebidas  triple “A”. Me crea repulsión ver a esos diputados que con su demagogia creen que pueden seguir engañando a la gente y decir que trabajan por el bien del país. No señores, por el único bien que trabajan es por el de ellos mismos.

Y el panorama se vuelve nebuloso. Los dos presidenciables, hijos de “papi”, que se vislumbran,  uno apoyado por el partido y al otro no creo que lo apoyen, se convierten en las únicas banderitas que se mueven allá a lo lejos. ¡Duro camino tendrá, quien a la Presidencia quiera llegar!

De la etapa del oscurantismo, el cual hemos vivido a ambos lados de la moneda, y a falta de movimientos sociales y estudiantiles que genere conciencia de masas, y que pasemos de sólo quejarnos en las redes sociales a la acción, hay que entrar en la etapa de la lucidez: ¿Negar los votos a ambos partidos? ¿No salir a votar en las próximas elecciones? ¿Anular los votos? ¿Tragarnos la papeleta?  ¡No lo sé! Lo único que sé, es que ya es tiempo de que como ciudadanos que nacimos en este bello, amado y destruido país, escribamos nuestro propio “Ensayo sobre la lucidez”.



9/05/2016

No quiero olvidar...




Fuera de mi núcleo familiar, he conocido a dos señoras, adultas mayores, que han impactado en mi vida.
La primera fue una compañera de trabajo. Ella tenía 82 años. Creo que le habían permitido llegar a la oficina a trabajar. No sé si tenía un salario. Pero ahí pasaba. Algunos compañeros se burlaban de ella, le hacían bromas, la trataban mal. 

Por algún motivo, ella hablaba conmigo. Me contaba de su vida, de su amor verdadero (que no era su difunto esposo), de cuando junto con su esposo fueron invitados a conocer a los Reyes de España,  me contaba historias de su niñez y de su juventud rodeada de buena vida, atenciones y mucho dinero.
En una ocasión, quizás al ver las burlas y malos tratos que recibía, me dijo: “Ena, yo si me quedo en la casa, me muero”. ¡Eso mi impactó! Sentí que nadie tiene derecho de ser discriminado por su edad. La Señora se quería sentir productiva y estar en contacto con otras personas.

La segunda señora que he conocido, tenemos una relación más cercana. Con ella he aprendido a escuchar. Me cuenta las historias del pueblo donde nació, de sus hermanos, abuelos, madrinas, etc…historias que escucho todos los días. Y a pesar de que me dice “Yo creo que ya le he contado…” y yo le digo que sí,   me vuelve a contar las mismas historias.

Lejos de aburrirme, trato de escucharla.  Sé que está consciente de las cosas que me cuenta y si uno le pone atención.  También, le he llegado a conocer el dolor profundo que tiene, expresado en la siguiente frase: “Yo sí tengo que reclamarle a Dios y a Monseñor Romero que se llevara a mi esposo y a mi hijo”. Pero al momento vuelve a decir que Monseñor Romero le ha hecho el milagro de sanarle la pierna.

A veces, llega la Ena Camila, mi sobrinita de cuatro años y se pone a jugar con ella. Hace que vayan al parque, que le lea cuentos, cocinan juntas, lavan platos…y me fijo en cómo cambia la señora. Se llena de alegría y de vida. Mi sobrinita, no reconoce o no está consciente de la edad. La Ena Camila la trata como una igual y hacen bromas y se ríen juntas.

Por ella vamos a un grupo de apoyo para familiares y cuidadores de adultos mayores. El Doctor comenta que ha sido testigo de los malos tratos que los adultos mayores reciben de sus hijos, desde malas palabras hasta golpes. Explica como la mente de los adultos mayores, en algunas ocasiones, se va cerrando, y no recuerdan lo que hicieron un día antes, pero sí recuerdan muy vivamente su niñez y juventud. A veces, la soledad, el olvido y hasta la muerte de los adultos mayores se reducen al abandono que la misma familia y personas cercanas les hacen.

Algunas cosas que me molestan del trato hacia los adultos mayores,  son la cantidad de chistes que le hacen a la Dra. María Isabel Rodríguez, ya quisiera yo tener la energía, inteligencia y fuerza que tiene esa señora. También, me molesta ver como llenan las redes sociales con fotos de las abuelitas y abuelitos diciendo lo mucho que los quieren y me pregunto ¿Cuándo habrá sido la última vez que estuvieron con ellos, que los escucharon, que le prepararon una rica comida? El tiempo con calidad no se reduce a una foto “para el Facebook”.

Paciencia, tolerancia y amor con nuestros adultos mayores. De nada sirve que el día del entierro, lloremos y nos lamentemos y digamos lo bueno que eran, si en vida no dimos ni atención ni cariño. AMORTERAPIA es el mejor regalo que podemos darles.




11/23/2015

Amandonos

Y amandanos, se nos fueron pasando las horas, los días, las noches.
Y nos amábamos al amanecer, al medio día, en las tardes, en las noches.
Y nos amábamos por que sí
Por deseo, por amor, por ganas y porque lo disfrutábamos.
Y después de amarnos, nos abrazábamos rendidos, hasta quedarnos dormidos, 
O platicábamos, riéndonos, diciéndonos lo mucho que nos amamos...
Y deseándonos una vez más!

10/02/2015

-No, idiota, está enamorada!
-Pero si no la conozco.
-Claro que sí la conoces! Desde siempre, en tus sueños!

Amelie.

8/27/2015

Libertad

Y si por decir lo que siento y pienso, me dejas, no me importa.
Y si por ser bruja, me dejas, no me importa.
Y si por ser socialista, comunista y capitalista, me dejas, no me importa.
Y si por conocer mi experiencia, mis deseos y mis fantasias te asustas y me dejas, no me importa.
Y si por ser como realmente soy, me dejas, no me importa.
Y si por ser fuerte, débil, cariñosa o simple, me dejas, no me importa.
Porque al final soy la suma de todo lo vivido, de mis alegrías, de mis sufrimientos, de mis heridas, de mis días en soledad, de mis días en alergia.
Y me aceptas así o me dejas.
Y me amas o me dejas.
Pero si te vas, jamás intentes regresar, porque prefiero estar en compañía de la soledad que en compañía de alguien temeroso y lleno de dudas.
Y porque soy así, real, sintiendo y expresando todo, sin temor, con amor, llena de pasión y deseos, liberandome de mis miedos, del engaño y de mi pasado, no me importa si te vas.

8/23/2015

El caos

Y entre el ser y el sentir me dejé llevar.
Dejé caer todo lo aprendido,  todo lo que daba por sentado.
Dejé a un  lado la manera de hacer las cosas, de vivir y de experimentar.
Me dejé llevar y disfruté.
Y de esta manera entré a una nueva etapa, a una nueva aventura.

6/22/2015

Mi espacio favorito

Una noche de abril, se encontró la magia y una reflexión en el paraíso.
No lo planearon.
Solamente sucedió.

La noche se llenó de olores y de comidas no tradicionales.
Ahí en ese momento, o quizás un poco después, nació un sentimiento intenso, desesperado, persistente.
Todo se entrelazó esa noche, con hilos mágicos, invisibles.

Y con la magia, algo llenó los pensamientos, los días, las horas, los minutos, los segundos.
Algo que está ahí, que no se ve, pero es real.
Y existe en cada momento y no puede parar.

Es un deseo que vuela lejos, y regresa con cada suspiro.
Es un recuerdo.
Un recuerdo de una piel suave, de un beso, de caricias.
Un recuerdo de una noche que dura para siempre.

Usted, se ha convertido en mi pensamiento.
En mi espacio favorito.
En mi compañía.


5/11/2015

Los fénix de la Luna!

Hace poco, recordé algo que mi hermana mayor me dijo cuando, en una crisis, realmente me sentía devastada, perdida y sin ánimos para continuar: “¿Sabes? Las brujas somos como los fénix y nuestro mayor poder es el de superar las dificultades y renacer. Confía en esa certeza. Ten fe en que siempre, siempre, hay algo más que dolor, mala suerte, lágrimas o tragedias. Confía en lo bueno del mundo. Confía en ti. Deja que tu poder y tu sabiduría te salven del horror”.
Ella tenía razón. Somos como esas aves gloriosas cuyo poder es renacer de sus propias cenizas. No importa cuántas veces el fuego nos toque, no moriremos si tenemos esperanza y nos aferramos a nuestra fortaleza más profunda. Sí, el fénix parece ser un símbolo perfecto para las brujas y su magia: Ambos conocemos el fuego de la muerte, pero somos tan rebeldes que no nos conformamos con permanecer en él. Al contrario, ambos somos tan fuertes y tan astutos que lo aprovechamos y, al final, nuestros esfuerzos son recompensados porque encontramos la transformación, la flama de la vida y de lo nuevo. Ahí radica el poder de las brujas y los fénix.

La magia, las brujas y los fénix no podemos ser destruidos, porque (re)naceremos del fuego una y otra vez, pase lo que pase. Somos resilientes. Somos seres que sobreviven a los problemas, a las penas y a la agresión de los demás, y que superan las experiencias y las emociones negativas. Y luego seguimos adelante, siempre adelante. Pero, sobre todo, somos seres que sobrevivimos al fuego que nuestra propia mano enciende cuando nos dejamos llevar por nuestra duda, nuestro miedo, nuestra inseguridad o nuestra angustia. Las brujas y los fénix nos volvemos cenizas únicamente para renacer de entre las llamas y después volar muy alto, siendo libres. Transformamos el dolor en un aprendizaje, en una memoria de sabiduría para el presente y el futuro. Es parte de nuestra magia. Es nuestra vocación y nuestro destino. Somos brujas. Somos los fénix de la Luna.


Créditos de autor: Andrea Olso

4/24/2015

MEJORA = RUPTURA



Lección del día (mejora continua) : cuando algo nos sale mal, lo mejor es dejarlo ahí y volver a empezar. Y si  nos vuelve a salir mal, dejarlo y volver a empezar. Y si nos vuelve a salir mal, dejarlo y volver a empezar. Volver a empezar. Volver a empezar. Volver a empezar...

Pintura de Palona Cancino
http://www.losvuelosdeunapaloma.blogspot.com/

2/24/2015

A single life


 
Domingo, cerca de las seis de la tarde. Estaba sentada en la mesa del jardín. Veía a mis gatitos retozar, jugar y otros simplemente haraganear sobre el tejado. Me encanta esta hora. Me trae recuerdos de mi infancia, de la casa de mis abuelos, allá en Jutiapa. Me encantan esos sonidos que anuncian que se acerca el anochecer.

Justo esta tarde, había leído unos fragmentos de una historia que decía más o menos así “rodeada de personas con mi mismo nombre, con mi mismo rostro, todos hablando al mismo tiempo”. Me puse a pensar lo insoportable que sería estar rodeada de personas como yo. Me puse a pensar que quizás esa es la razón por la cual me encuentro sola a mis 41 años de edad.

No es que no haya tenido oportunidades o pretendientes. Pero creo que llegue al hastío, llegue al punto de no aguantar a nadie sin que esa persona cumpliera ciertos requisitos, que al final salían sobrando. Solo quería estar con alguien con quien hablar, pasarla bien, alguien con quien decir “bueno, sigamos nuestra vida juntos”, apoyándonos, tratando de ser mejores cada día.

Pero esa persona no estaba por el momento. O quizás estaba a miles de kilómetros o quizás algo más cerca. Quizás simplemente no existía. Pasaron por mi mente, algunos nombres, algunos rostros, rostros difusos. Algunos buenos recuerdos. Otros, que prefiero olvidar. Y otros, con los cuales hubiese querido que las cosas fueran diferentes, que las circunstancias hubiesen sido más a mi favor. Pero en fin, en esta tarde de domingo estoy acá, tranquila, sentada contemplando el atardecer. Pienso en mi vida, en el trabajo que transcurre sin mayores alteraciones. Y en mis días rutinarios. Me levanto siempre a la misma hora y al trabajo, luego a hacer algo de ejercicios, a practicar yoga, ir a correr, cuidar a mis gatitos, los cuales me alegran la vida.

Mientras avanzaba la tarde, revisé una red social y aparecía una pregunta ¿Dónde estarías según el libro que estás leyendo? Y me dije “en el Hotel Delfin”. Estoy leyendo el libro “Baila, baila, baila” de Haruki Murakami, y sentía que de un momento a otro me saldría el señor carnero. Varios personajes me llegaban a mi mente. Varias historias leídas, varias experiencias y finales que deseaba en mi vida.

Un poco de cavilación, un poco de divagar, y quizás de una buena vez, comienzo a escribir sobre el libro de historias que hace unos meses me propuse a hacer!

El Amargo del Pomelo de Nacho Cano

Oleo de mujer con sombrero...Silvio en El Salvador