El titulo original del artículo que leí
era "Corea, un país para aprender y crecer", pero quise hacer nuestro
este artículo, basada en ese sentimiento de educación y superación que no está
a miles de kilómetros de acá, y que lo podemos hacer, no de una forma individual, sino que de forma
colectiva.
Hace algunos años, El Salvador era conocido como "El país de la sonrisa". Me lo
recordó este artículo y un video titulado "El Salvador Happy". Y esto
ha hecho que me pregunte: Y que nos ha pasado? Será que esa cultura de guerra
nos persigue como sombra? Que sucede en nuestras calles a la hora de manejar? Donde
queda la tolerancia y la educación? A donde se ha ido el respeto hacia las
personas mayores, las mujeres embarazadas, hacia nuestro medio
ambiente, hacia nuestro prójimo en general?
Los coreanos han trabajado en
desarrollar su identidad y orgullo nacional, a pesar de tener influencias tan
grandes como de China, Japón y la ex Unión Soviética. Los coreanos han indagado
en su cultura, la han valorizado y la
han aprendido.
Nuestro país ha producido radio, cine y televisión
desde la década de los 60. Tiene artistas, pintores, poetas,
escritores, intelectuales, que al margen del desinterés siguen aportando su
arte y creando valores yescribiendo la misma historia.
Por mi trabajo he tenido la oportunidad
de recorrer el país. He visto paisajes maravillosos, he estado en lugares históricos, he contemplado animales
en su propio hábitat (creo que lo más impactante han sido las ballenas y
los más de cien delfines nadando a la
par de la lancha; y no en cautiverio, haciendo piruetas para los turistas), he conocido artesanos y
artesanas de diferentes comunidades, historiadores, ex combatientes, hombres y
mujeres que día a día luchan y trabajan por un ideal.
Sin embargo, nos decepcionamos de
nuestro país, de nuestros gobernantes. Siempre esperamos que alguien más haga el trabajo y mejore
el país por nosotros. Perdemos el sentido de identidad, de cultura, y bajo el manto del capitalismo, que lleva
consigo un consumismo exacerbado, vamos
perdiendo nuestros valores.
Un simple saludo como "Buenos días",
cada vez es más difícil de escuchar. Ceder el paso en la calle tiene como
recompensa recibir una pitada en tres tonos de los vehículos que están atrás.
Tirar a la calle la basura que
generamos se ha convertido en un mal y recurrente habito.
Una convivencia en armonía puede
resultar una idea descabellada, pero por algo podemos comenzar. Una educación y
conocimiento de nuestras leyes aplicada en nuestro día a día puede resultar básico
para conocer hasta donde llegan
mis derechos y comienzan los de los demás. Cortar el enojo o la molestia de algunas personas devolviéndoles un saludo o
una sonrisa, puede mejorar nuestro día y nuestro recorrido en el
carro.
Creo y espero que podemos avanzar como país,
como sociedad y como cultura. Avanzar en la modernidad, sin olvidar a
nuestros ancestros, sin olvidar de dónde venimos, y sin olvidar las causas que generaron el conflicto de los años 80...porque
al final, y como dijo aquel poeta
salvadoreño "en este paisito
me toco nacer y no me corro"
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