7/03/2007


La creación y la destrucción

En el principio creó Dios los cielos y la tierra. La tierra estaba desordenada y vacía, las tinieblas estaban sobre la faz del abismo y el espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.
Dijo Dios: “Sea la luz” y fue la luz. Vio Dios que la luz era buena, y separo la luz de las tinieblas. Llamó a la luz Día y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana del primer día.
Luego dijo Dios: “Haya un firmamento en medio de las aguas, para que separe las aguas de las aguas”. E hizo Dios un firmamento que separó las aguas que estaban debajo del firmamento, de las aguas que estaban sobre el firmamento. Y fue así. Al firmamento llamó Dios Cielos. Y fue la tarde y la mañana del segundo día.
Dijo también Dios: “Reúnanse las aguas que están debajo de los cielos en un solo lugar, para que se descubra lo seco”. Y fue así. A la parte seca llamó Dios Tierra, y al conjunto de las aguas lo llamó Mares. Y vio Dios que era bueno.
Después dijo Dios: “Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol que dé fruto según su especie, cuya semilla esté en él, sobre la tierra”. Y fue así. Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su especie. Y vio Dios que era bueno. Y fue la tarde y la mañana del tercer día.
Dijo luego Dios: “Haya lumbreras en el firmamento de los cielos para separar el día de la noche, que sirvan de señales para las estaciones, los días y los años, y sean por lumbreras en el firmamento celeste para alumbrar sobre la tierra”. Y fue así. E hizo Dios las dos grandes lumbreras: la lumbrera mayor para que señoreara en el día, y la lumbrera menor para que señorear en la noche; e hizo también las estrellas. Las puso Dios en el firmamento de los cielos para alumbrar sobre la tierra, señorear en el día y en la noche y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno. Y fue la tarde y la mañana del cuarto día.
Dijo Dios: “Produzca las aguas seres vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra, en el firmamento de los cielos”. Y creó Dios los grandes monstruos marinos y todo ser viviente que se mueve, que las aguas produjeron según su especie, y toda ave alada según su especie. Y vio Dios que era bueno. Y los bendijo Dios, diciendo “Fructificad y multiplicaos, llenad las aguas en los mares y multiplíquense las aves en la tierra”. Y fue la tarde y la mañana del quinto día.
Luego dijo Dios: “Produzca la tierra seres vivientes según su especie: bestias, serpientes y animales de la tierra según su especie”. Y fue así. E hizo Dios los animales la tierra según su especie. Y vio Dios que era bueno.
Entonces dijo Dios: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y tenga potestad sobre los peces del mar, las aves de los cielos y las bestias, sobre toda la tierra y sobre todo animal que se arrastra sobre las tierra”. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Los bendijo Dios y les dijo: “Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra y sometedla; ejerced potestad sobre los peces del mar, las aves de los cielos y todas las bestias que se mueven sobre la tierra”.
Y fue así. Y vio Dios todo cuanto había hecho, y era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana del sexto día.

La destrucción

Y Dios creo al hombre a su imagen y semejanza. Y el hombre dijo: “Destruyamos este mundo. Acabemos con los animales. Talemos árboles y bosques. Contaminemos el aire. Contaminemos ríos, lagos y mares. Generemos basura, químicos, materiales tóxicos, que nos ayuden a acabar la creación de Dios. Y vio el hombre que era bueno, y lo siguió haciendo.
Y dijo el hombre: “No hagamos nada para cuidar la creación de Dios. Nosotros somos los reyes de la tierra y tenemos potestad sobre ella. Nuestra destrucción provocará el calentamiento global, que causará lluvias torrenciales, tornados, altas temperaturas que sofocarán y matarán, y bajas temperaturas que congelarán y también matarán”. Y vio el hombre que todo esto era bueno, y lo siguió haciendo.

Todo lo que Dios hizo es bueno. Lo dejó a nuestro cuidado. Y nosotros no lo supimos cuidar.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Un repaso a la creacción del mundo y sus habitantes, con ellos la contradicción, el bien y el mal, los dos en la mima mano, sólo es cuestión de elección.
Un beso ena y bien vuelta de tus vacaciones.

Juan Lucas dijo...

Mi dulce Ena, acá estoy paseando por esta hermosa calle del pensamiento.
Y veo a un ángel, tú. Una amante de la naturaleza, de lo bello, y ese ángel llora, si llora cuando ve la destrucción a la que estamos sometiendo a este hermoso planeta, cuando compruebas que la hermosura es odiada por el solo hecho de ser hermosa.
Pero Ena, al igual que las flores se abren a la luz, como las aves son libres al volar, como la lluvia rompe el hielo al fin... esa hermosura, esa belleza de nuestro planeta saldrá triunfante. Y de nuevo Ena, sin miedos nos perderemos entre ellas para volver a ser lo que fuimos:
parte de ella, amigos de ella, amantes secretos de ella.
Juan Lucas.

Blue Cat dijo...

Ena, primero que todo, gracias por tus palabras de aliento :)
Y pues si, es triste tener que reconocerlo, que pena que seamos el depredador numero 1. Ojala todos tomemos conciencia y empezemos a poner nuestro granito de arena, o nos vamos a quedar sin casa. Saludos.

Anónimo dijo...

hola ena
cuando puedas revisas tu correo
hasta pronto
ricardo castro

El Amargo del Pomelo de Nacho Cano

Oleo de mujer con sombrero...Silvio en El Salvador