4/04/2007


La pasión

Siempre me han conmovido las imagines de las iglesias. Me han conmovido, no para ser una mejor persona, sino que para preguntarme ¿por qué hacen esas imágenes tan dolorosas? El Cristo crucificado, con la corona de espinas sangrándole la frente, el rostro compungido de dolor, su cuerpo molido a palos, y sus pies y manos con los hoyos de los clavos.

Tampoco entiendo el gusto por las cruces, ¿Por qué andar con una cruz sobre el pecho? ¿No es la cruz el símbolo de la muerte y de sufrimiento? ¿Quién andaría en su pecho el arma con qué mataron a su hijo, a su padre, a su ser amado? Si bien, Cristo murió por nosotros en la cruz, resucitó al tercer día, y por eso es poderoso.

Me pregunto, además, si los que se conmueven cuando ven el rostro sangriento de Jesús, se acuerdan de ese rostro de sufrimiento cuando están cometiendo cualquier tipo de pecado. Se acuerdan de eso o ven la cruz sobre su pecho cuando dicen alguna mentira, cuando comenten adulterio, fornicación, envidia, lascivia, idolatría, levantan falso testimonio y muchas otras cosas más. Que el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra y creo que yo estoy entre las últimas para hacerlo.

Nos enseñaron que Dios es un Dios enojado y que está con su vara esperando a que nos portemos mal para castigarnos. Pero creo que Dios nos ha dejado a nuestro libre albedrío, para saber reconocer el bien del mal, ya que si Dios hubiera querido no hace el mal, pero al no existir el mal, tampoco existiría el bien.

Dios nos amó tanto que mandó a su hijo unigénito, para que todos los que en El creamos, tengamos la vida eterna. Y eso se cree por fe. Resumió sus mandamientos en “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu ser y a tu prójimo como a ti mismo”.

Jesús murió en la cruz por todos nuestros pecados, los que hemos cometido y los que vamos a cometer, pero si murió, también resucitó al tercer día. Venció a la muerte, y esa es su gloria, su poder y majestad, que El reina y vive por los siglos de los siglos y vale más un Jesús resucitado que un Jesús crucificado.

4 comentarios:

Juan Lucas dijo...

Déjame decirte, dentro de mi agnoticismo, que si hay un dios, ese dios no es el dios que la iglesia nos ha vendido, que si hay un dios, es un dios que ama y amó... un dios que según cuentan quiso tanto la vida que dejó de ser dios para vivir como hombre junto a la mujer que amaba.
Pero mi dulce Ena, ese dios no interesa... mejor "castrarlo" y así castrar de un solo tajo la pasión, el deseo... pues si no, estarías en eterno pecado.
Bueno, como siempre recurriendo a canciones te diré:
"Que el cielo espere sentado",
Besos mi dulce Ena.
Juan Lucas.

Maria Ines dijo...

Ena:
¡¡¡¡¡¡¡¡FELICES PASCUAS !!!!!!!!


QUE ESTAS PASCUAS DE RESURRECCION HAGAN QUE RENAZCA EN TI "LA VIDA".

DESDE UN LUGAR DE ENCUENTRO, DE AMOR Y DE PAZ.

ACRECENTANDO TUS CAPACIDADES DE COMPRENDER ,DE PERDONAR PERO POR SOBRE TODO DE AMAR .

ENARBOLANDO EN CADA ACTO, EN CADA HORA , EN CADA DIA LA INTENCION DE SER FELIZ.

Maria Ines dijo...

Ena:
En cuanto a tu post estoy de acuerdo.
Dejemos de venerar la muerte y trabajemos para la vida eterna.
Un beso

Paloma Cancino dijo...

Muy profundos tus pensamientos, bellos y sinceros.
Un abrazo

El Amargo del Pomelo de Nacho Cano

Oleo de mujer con sombrero...Silvio en El Salvador