2/23/2007



El colegio

Creo que fui algo aburrida en el colegio, bueno creo que todavía soy una gran aburrida. Me sentaba adelante con el grupo de los bien portados. En el ultimo año de bachillerato me propuse obtener el primer lugar porque me caía mal el más inteligente de la clase. Al final del año obtuve el tercer lugar y la amistad de Julio, quien siempre se llevó el primer lugar.

Creo que un colegio es igual que cualquier otro. Está el inteligente, el pasmado, el guapo, el feo, la bonita, la fea, el mejor portado, el pobre, el rico, el bayunco. El grupo de los buenos, el grupo de los malos.

En mi grado nadie de estos faltaba, incluyendo Joel, quien era el cantante del grado. Cantaba en todos los actos del colegio: “firufirulin, firufirulin que bonito!... firufirulin, firufirulin, flor temprana como la mañana vestida...” y también cantaba “Chalatenango tierra bendecida, nidito tibio del jardín de Cuscatlán, sus encantadas calles empedradas le dan la gracia de muchacha virginal...” a nosotros nos daba pena, pero era el preferido de los profesores.

Los apodos del colegio, como en cualquier otro. Estaba el caballo, canelo, las seis en punto, Pellini, mandarín, Eddie Santiago, Pituca y Petaca, el abuelo, tímido, Guilligan, Chele cuchumbo, Aguila, Cuca...

Algunas veces cuando la clase estaba muy aburrida, comenzaban a decir “que hable Joel” para que el profesor diera un poco de tiempo para que Joel se inventara cualquier cosa que decir, y como era el preferido de los profesores, siempre la petición se cumplía satisfactoriamente.

Las materias que más me gustaban era Letras y no sé porque motivo Estadísticas. Nuestro profesor de letras era excelente. Con él conocí los escritores de la generación del 98. También fue la primera vez que leí Cien años de soledad, y cuando iba por la mitad me di cuenta que ya no sabía quien era el primer Aureliano ni el primer José Arcadio, por lo que volví a comenzar a leer y lápiz en mano comencé a dibujar el árbol genealógico de la familia Buendía.

Recuerdo las calcetas hasta las rodilla, los zapatos miss adoc, la falda celeste, la blusa blanca. Recuerdo mi traper keeper con la cara de Jon, de los New kids on the blocks.

Recuerdo que fue durante el colegio que vi mi primera película pornográfica. Uno del grado se dio a la tarea de editar como cinco películas en un solo video. La película duraba horas y se prestaba por grupos afines. La vimos una tarde en casa de Mily con mis amigas Beatriz, Denisse, Violeta, Yenny y Araceli. Quedamos sin palabras. Todo el grado vio la película, hasta Joel a quien le preguntaban si no le dolía la mano...

Yo fui la tesorera del grado. Hicimos dinero vendiendo lapiceros. Creo que recaudamos como 500 colones, que ocupamos para la fiesta de despedida.

En nuestro colegio, cada profesor era una personalidad. Estaba el excéntrico que nos daba estética, con él aprendimos a trazar líneas a mano alzada. Estaba la profesora guapa y amargada que nos daba estadística. La más viejita nos daba manualidades y gramática.

El que se robó el show era el de matemáticas. Para un ejercicio nos dijo un cuento para que sacáramos el resultado. El cuento decía más o menos así: “Adiós mis cien palomas, dijo el gavilán, y una de las palomas le contestó: no somos cien, somos nosotras, más otras nosotras y yo...”

El profesor de física, moreno y sus pantaloncitos cortos, siempre andaba sudado. Estaba enamorado de una del grado. Con él hicimos un equipo de kit ball, perdimos en todos los partidos, pero él siempre nos animaba.

Como en ese entonces lo único que existía eran las máquinas de escribir, recibimos clase de mecanografía en un unas máquinas más que obsoletas. Eran grandes, tiesas y duras. En el examen obteníamos malas notas, no por no saber escribir, sino que la maquinita si no quería no movía las teclas.

Al final del año desfilaban las libretas del recuerdo donde quedaban escritas las frases trilladas de “te recordaré por siempre “, “amigos por siempre”, “recuerda que tienes un amigo”. Hemos perdido la comunicación con casi todos.

De Joel, sé por medio de mis papás, que anda de gira por Suecia. Se estará allá tres meses, cantando en iglesias cristianas. De Julio nos dimos cuenta de que su mamá y sus hermanitos murieron soterrados en La Colina. A Guilligan lo mirábamos en los conciertos de la feria y solo nos decía “hey que ondas...”

La mayoría, por no decir todos, a excepción de Beatriz y yo, se han casado, arrejuntado y tienen hijos.

Fuimos la promoción del 91. Recuerdo que el último día de clase cantamos todos juntos abrazados una canción de Menudo que decía: “ Cuántos amigos que no olvidaré que de emociones que no se han borrado, en mi memoria siempre quedarán aquellos años que no volverán...”



4 comentarios:

Juan Lucas dijo...

Mi dulce Ena, como me gustan estos relatos de tu vida... mis recuerdos de colegio son de castigos y mas castigos... tenía fama de "malo"... ja, ja... ja..
Bueno llevo varios días esperando este post que al fin llegó...
por cierto... ese anónimo te quiere mucho, seguro... fijate como me llama:
"famoso"
Besos mi dulce Ena
Juan Lucas.

Anónimo dijo...

Dias que no volveran
de los famosos habla todo mundo y de su persona habla ena tons para mi lo es aunque no quisiera
saludos a todos

Juan Lucas dijo...

Hace algunos días no se de ti, espero estes bien y me ayudes a resolver ese problema de las palomas...
Besos
Juan Lucas.

historia dijo...

hola!!

que bueno tu relato. me hizo recordar mi colegio ,y al parecer somos de la misma generación. Yo también amaba a los new kids on the block. Tenía mi pieza empapelada de posters.
Tuve hartos amigos, pero sólo conservo dos. Las adoro y las cuido como a un tesoro.

cariños y abrazos,

El Amargo del Pomelo de Nacho Cano

Oleo de mujer con sombrero...Silvio en El Salvador